En qué consiste la Escleroterapia de várices
Las várices son dilataciones de las venas producidas por una avería en su pared, debidas a una acumulación de sangre que hace subir la presión en el interior de la vena. Esta cirugía paliativa se realiza para eliminar la apariencia de estas dilataciones vasculares, reduciendo así el impacto estético que pueden producir en las piernas.
La escleroterapia es un tratamiento muy común para el tratamiento de venas varicosas en los miembros inferiores, y consiste en la aplicación de una sustancia esclerosante a la vena afectada con el fin de reducirla y hacerla desaparecer.
¿Qué es escleroterapia de várices y por qué se hace?
La escleroterapia es una técnica de tratamiento que se lleva a cabo para tratar varices. Esta técnica se basa en la administración de una sustancia esclerosante en la vena afectada.
Esto causa una contracción del tejido venoso, que facilita su desaparición, además de la disminución de síntomas como el edema, la sensación de pesadez o disminución de la circulación venosa.
El objetivo de esta técnica es lograr mejorar la estética en la zona afectada y la disminución de los síntomas asociados a las várices.
¿Cómo se hace la escleroterapia de várices?
El procedimiento de escleroterapia se realiza de forma ambulatoria sin necesidad de hospitalización. La duración de la misma depende del número y tamaño de las varices a tratar, pero en general dura entre 15 y 30 minutos.
El médico aplicará anestesia local en la zona afectada antes de proceder con la administración de la sustancia esclerosante. Esta sustancia es injectada en la vena afectada, lo que provoca su contracción y sellado.
Preparación previa
Antes de la escleroterapia, el médico le indicará al paciente algunas recomendaciones generales como el uso de medias compresivas, el uso de antiinflamatorios y/o el abandono de la ingesta de alcohol, cigarrillos y café, entre otros.
¿Cómo es el procedimiento?
Durante la escleroterapia, el especialista aplicará una pequeña cantidad de anestesia local en el área de la vena afectada, de manera que el paciente no sienta molestias durante el tratamiento.
Una vez aplicada la anestesia local, el especialista procederá a realizar una puntura con una aguja de calibre fino en la vena afectada para introducir la sustancia esclerosante.
Esta sustancia, una vez dentro de la vena, causará una contracción y sellado de la misma, impidiendo el paso de la sangre y provocando su desaparición.
Cuidados posteriores
Una vez finalizado el tratamiento de escleroterapia, se recomienda al paciente mantener una higiene constante para evitar la infección en la zona afectada.
Además, el médico recomendará dispensar reposo general, el uso de medias compresivas y no realizar actividades físicas de forma inmediata.
El uso de las medias compresivas es esencial para mantener la aplicación de la compresión y evitar la recurrencia de las varices.
Beneficios
Existen varios beneficios para hacerse una escleroterapia de várices, entre los que se encuentran:
- Reducción de los síntomas de la vena varicosa, como el dolor, la sensación de pesadez, la aparición de edema e inflamación.
- El procedimiento es menos invasivo y doloroso que las cirugías convencionales para tratar las varices.
- Se puede realizar de forma ambulante, sin necesidad de hospitalización.
- No genera complicaciones postoperatorias.
- Es un tratamiento rápido y eficaz, siendo los resultados visibles tras unas horas.
Riesgos y efectos secundarios
A pesar de los beneficios que posee la escleroterapia, también es importante tener en cuenta los riesgos y efectos secundarios que pueden producir. Estos pueden ser:
- Reacciones alérgicas a la anestesia local.
- Inflamación en la zona afectada.
- Sintomas leves como enrojecimiento, calor o dolor alrededor de la zona tratada.
- Formación de moretones graves.
- Infecciones en la zona afectada.
- Daño permanente a la vena.
- Desarrollo de cicatrices.
- Picos o ardor en la zona después del tratamiento.
Cuándo está contraindicada la escleroterapia
La escleroterapia se contraindica en algunas situaciones clínicas como:
- Embarazo.
- Enfermedades del hígado, corazón, riñón o diabetes.
- Problemas de coagulación, trombosis o trastornos tromboembólicos previos.
- Enfermedades inflamatorias crónicas o autoinmunes.
- Personas con estenosis arterial anormal y alergia cruzada a la sustancia esclerosante.
- Problemas desconocidos con la hemorragia de la vena o reacciones alérgicas a la cortisona o la anestesia.
Esperamos que este artículo le haya resultado de ayuda. Si bien es un tratamiento poco invasivo, es importante tener en cuenta que existen algunos riesgos y efectos secundarios que se deben conocer y algunas situaciones clínicas en la que la técnica no se recomienda realizar.